Cuando llega la Navidad y toca desempolvar las figuras que componen nuestro belén es difícil no quedar asombrados por la variedad de personajes con las que contamos. Pastores, artesanos, niños o animales son algunas de las figuras que ayudan a dar contexto y encanto a nuestro belén.
Unos de estos personajes que sirven, precisamente, para tal fin son los soldados romanos, piezas que hay que colocar en el interior de la ciudad de Belén. ¿Te has preguntado alguna vez por qué?
La explicación se halla en la Historia.
Durante la época de Jesucristo, el Imperio Romano dominaba la zona de Asia Oriental, lo que actualmente sería Israel y Palestina. El Imperio Romano estaba dirigido por el emperador Augusto, el primer emperador del imperio y gracias al cual Roma vivió un periodo estable.
A pesar de que se trataba de un gobernante absolutista, el emperador Augusto fue bastante innovador en cuanto a gestión de la ciudad se refiere.
Durante su mandato, se encargó de reformar el sistema tributario romano, del desarrollo de una extensa red de caminos que contaban con un sistema oficial de mensajería y la creación de un ejército estable y de la Guardia Pretoriana, soldados que servían para mantener el orden en las ciudades pertenecientes al Imperio. Y es esta Guardia Pretoriana la que compone nuestro belén año tras año.