A la hora de montar un belén hay figuras que no deben faltar, como el Niño Jesús, la Virgen María, los Reyes Magos o, incluso, el 'caganer'. Pero hay una figura que, además de protagonizar cada año nuestro Nacimiento, conquista las conversaciones de muchos hablantes del español.
Hablamos, claro está, del ángel. En algunas religiones un ángel suele ser una persona inmaterial que tiene por objetivo el asistir y servir a Dios. Entre las tareas que le encomiendan está la de proteger a los seres humanos que habitamos el mundo, introducirse en el alma de los recién nacidos, servir de mensajeros y trasladar el alma de aquellos que mueren.
Según la tradición cristiana, para llevar a cabo dichas tareas los ángeles bajan de vez en cuando a la Tierra. Algo que también se pensaba allá en la época de la Roma Clásica. Precisamente son estos paseos los que explican el significado de la expresión 'ha pasado un ángel'.
Cuando nuestros antepasados romanos mantenían una conversación y, por casualidad, se nombraba a un fallecido, los hablantes se quedaban un momento en silencio, ya que consideraban que en ese minuto de silencio que se hacía, el difunto pasaba.
De ahí que no solo contemos hoy en día con la expresión 'ha pasado un ángel', sino también con la frase 'hacer un minuto de silencio'. Curioso, ¿verdad?