Una de las cualidades más bonitas de nuestro idioma es, sin duda, la cantidad de dichos y refranes con los que contamos los hablantes para dar consejos, empleando frases que en su sentido literal no significarían nada.
Expresiones como 'ha pasado un ángel', 'rasgarse las vestiduras' o 'a quien madruga Dios le ayuda' forman parte del rico vocabulario que caracteriza al español. Un idioma que, tal y como demuestran tales expresiones, se ha visto influido desde la Edad Media por la religión.
Es el caso de la expresión 'armarse un belén'. La frase no hace referencia a comprar un belén y montarlo en casa, sino más bien a hacerse un lío. Y, ¿a qué viene tal expresión para decir simplemente liarse? La respuesta se halla en la Biblia.
Según el relato evangélico, el emperador ordenó a María y José ir a Belén a empadronarse para que Jesús naciera allí. Pero la ciudad que encontraron cuando llegaron estaba sumida en el caos y la confusión por la cantidad de extranjeros que, como ellos, debían ir a Belén y cumplir con las órdenes del César.
Ese caos, precisamente, es el lío al que se refiere la expresión 'armarse un belén'. Curioso, ¿verdad?