Tradicionalmente, el musgo era un elemento que nunca faltaba en los belenes, sin embargo, desde hace unos años se pide que por favor, no se recurra a él como elemento decorativo.  Y la petición tiene mucha razón de ser, y es que el musgo es vital para la naturaleza.

De hecho, es capaz de retener hasta 20 veces su peso en agua y actúa como regulador hídrico, es decir, impide la erosión en tiempo de lluvias y libera humedad en tiempo seco.  Además, actúa como germinador de semillas de otras plantas de los ambientes donde habitan.

Es un elemento clave en la formación del suelo, en el que otras plantas pueden luego arraigar.  Si cogéis musgo del bosque, que sepáis que éste tardará 7 años en crecer.

Actúa como una gran esponja que regula el cauce de los ríos, protegiendo el suelo de inundaciones violentas y entregando agua constante durante los meses de verano a los ríos y arroyos que las desaguan.

Éstas y otras muchas razones, confirman que el musgo tiene que estar donde está y si queréis un belén bonito, no tenéis más que usar la imaginación para simular musgo, pero sin recurrir a él.  Podéis emplear cartulinas, distintos tipos de papel, cartón, telas y pintar todos estos elementos a vuestro gusto. No juguéis con la naturaleza ya que ésta es vida.